ROMANCE A UN REMERO SESENTÓN


¡Voto a bríos ¡Aupa rodas!
Cierto es que realzas la roda
y soñador, al embate del viento rolas
al tiempo que a la gaviota de grácil vuelo
jodido, de poco rozas.

Remo de recio roce y prestancia romana
en recta singladura, al agua das prestancia
más, en llegado la ola traidora cual tormenta
se hacen cacho prestancia y remo.

Hay que reprender al mar, cuando se pone muy borde
reprenderle, reñirle, renegarle, amén de reverenciarle
y en temere los cabreos, repoblarle de agua dulce
demuéstrale tú quien manda, tritón de esforzado calambre.

En millares de ocasiones ha hendido el mar tu remo
mares, ríos y lagos llevan tu marca bien recia
así que hechemos cuentas con timonel bien bragado.
A segundo por palada, un minuto dan sesenta.

3600 paladas hieren el agua en una hora
y cumpliendo remando un día 86.400 recompensan el esfuerzo
2.592.000 se cumplen en treinta días, cerca ya de Bora Bora
en rozando lo exigible, descanso. Hay que tomar el almuerzo.

Sin refunfuñar sigamos. 31.104.000 paladas y remontamos el año
Remora, resentimiento, remordimiento, remosqueo, nunca, remojados sí.
311.040.000 de ruin llaga en las manos al cumplir el lustro y sin ser maño
Neptuno asombrado emerge por un instante, acollonado o ansi.

Bien cierto es, estimado remero, que restan las singladuras
que en plenitud tú decidas, por mar y por tierra, con paz tranquilidad
y en acabando el romance de unas letras mal atadas
te deseamos todos los aquí reunidos, viento de popa y felicidad.

Vikingo de cercanías
no te alejes de la mar
sin ella no vivirías
con ella puedes soñar.




Albert Arboles
11 de mayo 2002


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